LA HISTORIA DEL REPARTIDOR

QUE CONSIGUIÓ CONSERVAR SU TRABAJO GRACIAS A SU NOVIA

Tras largos meses en España, buscando trabajo sin éxito, Marcos entró en una empresa como repartidor en bici, ganando lo justo para comer y pagar el alquiler. Hacía poco, se había enamorado de una chica de su país, que también estaba en el paro. Siete semanas después de empezar, se contagió de covid. “Pues, Marquitos… ahora no vamos a poder vernos en una buena temporada.” Le dijo ella por teléfono. “Ya, pero yo voy a tener que seguir trabajando, con coronavirus o sin él…” “De eso, nada, mi amor. Tú desinfecta la bici, que ya iré yo mañana a hablar con tu jefe.”

Volver