Iván supo lo que tenía antes de hacerse la PCR… Supo también el horror que se cernía sobre él y tuvo miedo. Un miedo como nunca había experimentado. Se vio en el límite, ayudado por compañeros y compañeras de su mismo hospital y estuvo 85 días, no luchando contra la covid, no, sino luchando contra la muerte. Cuando dejó la UCI, entre aplausos, en silla de ruedas se sintió como Orfeo al salir del infierno, feliz por haberse salvado, pero hundido por haber perdido allí a su Eurídice. Había que recuperarse. Había que volver.