LA HISTORIA DE LA MÉDICO DE FAMILIA

QUE SE DESPERTÓ AGOBIADA EN MITAD DE LA NOCHE

Cuanta más agua achicaba de la barca, más agua había. Con movimientos convulsos y bañada en sudor, se despertó. Las dos y media aún. Enrique dormía plácidamente a su lado. Se levantó a lavarse un poco y a cambiarse. Luego se entretuvo frente al espejo mirando sus aparatosas ojeras. “¡No lo voy a aguantar!” pensó. De pronto, se dio cuenta de que, por la tarde, aunque en familia, celebrarían el cumple de Carlitos. Podía imaginarse su cara cuando viera los regalos. Su mirada pareció esbozar una tenue sonrisa. Aún podía dormir un rato.

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